MUSEO RODIN: no tenia previsto visitar este museo, tenia muy poco tiempo para ver tantas cosas pero como venía de dar una vueltecita por la Torre Eiffel y vi que era muy pronto, me paré a ver la tumba de Napoleón en los Inválidos (ya que por ser menor de 26 años me salía gratis y se tardaba un momento en entrar y salir aunque me parece lo menos primordial de toda la visita la verdad). El Museo de Rodin se encuentra prácticamente al lado así que, de manera imprevista, decidí entrar aunque fuera a los jardines. Una vez dentro, las ganas se apoderaron de mi y no pude evitar hacer una visita al museo el cual recomiendo totalmente. No es muy grande, por lo que se tarda relativamente poco en visitarlo y yo personalmente salí enamorada de Rodín.
SANT CHAPELLE: una pequeña Iglesia, cerca de Notre Dame. No miento cuando digo que me quede con la boca abierta cuando vi tal dimensión de vidrieras. Preciosa de verdad.
NOTRE DAME: no recuerdo quién me dijo que podía ahorrarme el subir a las torres ya que ocupa mucho tiempo por las largas esperas que hay que hacer pero mi recomendación es completamente opuesta, visita obligatoria.
MUSEO POMPIDOU: la verdad es que me encantó, no pude verlo entero, me echaron antes de que pudiera acabarlo (con 3 horas no da tiempo aviso).
MUSEO DEL LOUVRE: si el Pompidou no da tiempo con 3 horas, el Louvre no da tiempo ni con 3 años viviendo allí. Me encantó, no solo la colección sino toda su ambientación. Estas en un museo, en un castillo, es un templo egipcio, en un dormitorio del siglo XVIII... ¡hasta cuando estas saliendo hay todo un centro comercial! Parece que el edificio no acaba nunca.
Recomiendo tener muy claro todo lo que se quiere ver porque es muy fácil saltarse cosas o encontrarlas (hasta que encontré ''La libertad guiando al pueblo y ''La balsa de medusa''... casi me echan sin haberlos visto).
MONTMARTRE: muy muy chulo. Unas vistas tremendas y un ambiente muy guay. Zona muy muy muy turística eso si, demasiado tal vez para mi gusto.
MUSEO ORSEY: solo por las instalaciones que tiene (es una antigua estación de tren) merece la pena entrar. Pena la mía que fui con demasiada prisa queriendo entrar también a L'Orangerie y cuando llegue ya no dejaban ponerse a la cola por lo que me arrepentí de no haber disfrutado más tiempo en el Orsey.
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